CAPITULO # 31
– No, de ninguna manera.
– ¿Ni por qué te lo pido yo? – dijo rozando mi nariz con
la suya.
– ¿Te lo mereces? – repliqué tratando de no caer en su
encanto.
– Tal vez no, pero entonces, hazlo por Caroline, no se lo
espera y le encantará.
– Me da vergüenza cantar en público – finalmente acepté.
– Pero, lo haces muy bien, en serio, además, yo no soy
cantante profesional tampoco – señaló acariciando mi mejilla con las yemas de
sus dedos.
– Pero, estoy segura que cantas mejor que yo.
– Claro que no, anda corazón, por favor.
– Pero, Tom, sólo he cantado en la ducha.
– Y te repito que no lo haces mal – me dio un suave beso
en los labios – piensa que es un regalo para mi hermana pequeña, anda di que
sí.
– Lo voy a pensar, ¿vale?
– Está bien, por ahora me conformo con eso.
Terminé de leer la canción y era realmente hermosa, todo
lo que decía yo lo sentía por Tom, a pesar de sus arranques de celos, entonces,
me entró la curiosidad por conocer la historia de amor de Caroline y su
prometido.
– Tom, está canción es preciosa.
– Yo la escribí – dijo muy orgulloso.
– ¿En serio? – pregunté más que sorprendida.
– Sí, ahora que estuve en Europa, en mis ratos de
soledad.
– Y por cierto, ¿cómo fue que se conocieron Caroline y
Dylan?
– Por Diana, es su hermana, ella y Jaxon estuvieron
juntos en la preparatoria y se hicieron novios, pasó con nosotros una Navidad y
Dylan la acompañó, la chispa surgió a primera vista, esa semana no se separaron
ni un momento Caroline y él, pero eran muy jóvenes los dos, después se dejaron
de ver un tiempo y cuando volvieron a reunirse se hicieron novios, luego ella
se fue a Paris y él la esperó, en cuanto regresó le pidió matrimonio y de
inmediato empezaron con los preparativos, ¿te acuerdas que cuando nos conocimos
te dije que no estaba disponible el fin de semana?
– Por supuesto que lo recuerdo – respondí mientras me
ruborizaba, me habían pasado mil rollos por la cabeza por su ausencia y aparte había
hecho su extraña sugerencia.
– Ese fin de semana fue cuando hicieron formal su
compromiso, así que tuve que volar a Seattle para estar presente.
– Yo pensé que… eras casado y tenías que estar con tu
familia.
– ¿En serio pensaste que era casado?
– Sí, eran tan raras esas reglas que pensé que las tenías
por temor a que tu esposa descubriera tu secreto.
– Ay corazón, tienes una mente muy creativa, pero te
equivocaste, sí estuve con mi familia, pero con mis padres y mis hermanos.
– Jamás se me ocurrió.
– Por cierto, tú no me has contado nada de tu familia.
– No hay mucho que contar, soy hija única, mis padres se
divorciaron cuando yo tenía cinco años y viví con mi madre, hasta los
dieciséis, cuando se casó por segunda vez me fui a vivir con mi papá, hasta que
terminé la carrera y luego me fui a Nueva Jersey por el trabajo, pero ellos son
muy fríos, hace mucho que no hablamos, mi mamá viaja constantemente porque su
esposo es jugador deportivo y mi papá es empresario en México, así que siempre
está ocupado y también volvió a casarse hace año y medio.
– Me apena escuchar eso, no tienen idea de la magnífica
hija que tienen.
– Gracias, pero nunca fui prioridad en sus vidas, ambos
son muy egoístas.
– Que mal, la familia es muy importante, quizá deberías
tú de dar el paso para acercarse a ellos, estoy seguro que te aman.
– Supongo que sí, pero no sé, me cuesta trabajo acercarme
a ellos, a pesar que viví con ambos son prácticamente desconocidos para mí, los
veía muy poco.
– Deberías hacer el intento, me gustaría conocerlos
pronto.
– Lo intentaré, pero no te prometo nada.
Finalmente llegamos a Miami, tomamos un taxi y Tom le dio
la dirección. Al llegar, y mientras bajaban las maletas de la cajuela, observé
la casa y quedé maravillada, era enorme, de tres pisos y una fachada blanca de
portada de revista de arquitectura. Un sirviente salió y metió las maletas, Tom
entrelazó su mano con la mía y entramos.
Caminamos por un largo pasillo y en ambos costados había
varios autos último modelo de diversas marcas y colores. Llegamos a la sala que
era bastante amplia y en un lado había una escalera de caracol, yo sentí que
los nervios me inundaron por completo al ver a toda su familia de pie
esperándonos, Tom notó mi nerviosismo porque me temblaba la mano y me la apretó
con fuerza dándome confianza mientras sentía la mirada de los seis– integrantes
que parecían estarme analizando.
– ¡Tom!, llegaron justo a tiempo, el ensayo pronto
comenzará – exclamó Caroline entusiasmada y corrió a abrazarlo.
– ¿Y cómo creías que me lo iba perder, duendecillo?, el
padrino tiene que estar presente.
– ¡Qué emoción!, la madrina también ya llegó – se soltó
de Tom y luego me abrazó a mí – que gusto de verte __, que bueno que sí
viniste, por cierto, tú y yo tenemos una conversacion pendiente – señaló y yo
la miré asustada, pero ella me sonrió.
– Hermanita, por favor, déjame abrazar a la mujer que por
fin ha hecho sentar cabeza al Casanova de mi hermano – dijo Jaxon sonriendo y
Caroline se apartó, me sentí tan pequeña envuelta en esos musculosos brazos –
que gusto volver a verte y más de saber que eres novia de Tom, pensé que se nos
quedaba solterón el muchacho – se separó y puso sus manos en mis hombros – ya
ves lo que dicen __, hermano saltado, hermano quedado – añadió en tono
divertido.
– Jaxon, compórtate, ¿qué va pensar __ de tus
afirmaciones? – intervino su mamá, que me dio una tierna sonrisa y también me
abrazó – bienvenida linda – añadió amablemente.
– Pues, son la pura verdad, yo ya hasta estaba pensando
en rifarlo, no sabes el susto que me dio cuando Caroline anunció su boda y este
hermano mío sin novia, no, no podía haber un solterón en la familia, ¿qué iban
a pensar de él?
–Jaxon ya basta, por favor – dijo seria su mamá después
de soltarme.
– No se preocupe señora, es mejor ir conociendo la
personalidad de cada uno.
– Pamela, por favor, dime Simone y háblame de tú, hija.
– Está bien, me costará trabajo, pero lo intentare…
Simone
– A mí también dime Gordon, por favor, no me gusta que me
hablen de usted, me hace sentirme viejo y aún no lo estoy – señaló y también me
abrazó.
– Gracias por el recibimiento – dije abrazándolo todavía.
– No tienes nada que agradecer, eres la novia de Tom y es
lo menos que podemos hacer para agradecerte que estés aquí en un evento tan
especial para la familia.
– Al contrario, gracias por la invitación.
– No tienes nada que agradecer __, yo quería que
estuvieras aquí y eso que aún no estabas con mi hermano, pero tuve un
presentimiento y no me equivoqué – dijo Caroline y después soltó una risita
traviesa.
Diana se acercó y me saludó de beso en la mejilla al
igual que Dylan, que lo hizo después que ella y luego tomó a Jaxon de la mano.
Jaxon abrazó a Diana y la miró como pidiéndole permiso para hablar y ella le
sonrió asintiendo.
– Pues ya que está toda la familia completa, mi esposa y
yo tenemos que hacerles un anuncio – exclamó de lo más feliz y le dio un beso
en los labios – diles, mi amor.
– Bueno, el lunes pasado fui al médico y me confirmó mis
sospechas, estoy embarazada, tengo ocho semanas – anunció y Jaxon puso su mano
sobre su vientre.
– ¡Felicidades!, hasta que le atinaste hermano, ya tres
años de casados y sin bebés, estaba empezando a creer que te habían dado un
golpe mortal en el americano – exclamó Tom y lo abrazó.
– Es que quisimos prolongar la luna de miel y además
estuvimos practicando mucho para que nuestro primer hijo saliera perfecto.
– Entonces se parecerá a Diana porque tú de perfecto no
tienes nada.
– ¡Envidioso!, yo también espero que tus hijos se
parezcan a __.
– Creo que es un poco apresurado hablar de hijos Jaxon,
apenas iniciamos nuestra relación – dije sonrojada ante tal idea.
– Cierto, todavía te puedes arrepentir de compartir tu
vida con este hombre.
– Chicos, ya estuvo bueno de sus comentarios, harán que
de verdad __ se arrepienta, pero de haber venido – los regañó Gordon, pero
ellos sólo se rieron.
Yo estaba más que sorprendida por la calidez de la
familia, jamás me imaginé el recibimiento que me darían ni mucho menos la forma
en que se llevaban entre ellos, se notaba la unión y el amor que se tenían.
Caroline dio saltitos de alegría y los abrazó efusiva, Jaxon hasta la levantó
en el aire mientras ella se reía. Gordon abrazó orgulloso a Simone y le dio un
beso en la frente, después de haber abrazado y felicitado a su hijo y a su
nuera. Dylan también los felicito y les dijo que era el mejor regalo de bodas
que podrían darle. Tom me abrazó y me dio un beso en los labios.
– ¿Ya se te pasaron los nervios?
– Sí, tienes una hermosa familia.
– Y ahora es más hermosa porque tú ya perteneces a ella –
dijo y me guiñó un ojo.
CAPITULO # 32
Le respondí con una gran sonrisa, no pude decirle nada
más, me emocionaba la idea de pertenecer a esa familia, era como siempre había
deseado tener una. Caroline anunció que en una hora iniciaría el ensayo, así
que apenas teníamos tiempo para arreglarnos.
Tom me tomó de la mano y subimos las escaleras hasta el
tercer piso, la última habitación era la suya. Tenía las paredes blancas, la
enorme cama estaba pegada a la pared del lado izquierdo, al frente estaba el
tocador y al lado había un par de puertitas que supuse eran el armario, del
lado que entramos había un mueble con un moderno aparato de sonido, varios
libros y cds, y otra puerta que debía ser el baño, lo más bonito era el gran
ventanal así que me asomé y luego salí al balcón, el mar en todo su esplendor
lucía tranquilo. Tom me abrazó por atrás.
– ¿Te gusta?
– Mucho, la vista es preciosa.
– Y contigo aquí lo es mucho más – con su mano movió mi
cabeza para poder besarme en los labios – como tenemos poco tiempo es buena
idea bañarnos juntos.
– Precisamente porque tenemos poco tiempo, no es buena
idea, ya te conozco, así que mejor nos bañamos separados.
– Prometo portarme bien.
– Eso dijiste la otra vez y llegué tarde a mi trabajo,
así que hoy no me arriesgaré – le di un ligero beso en los labios y me separé.
Me di una rápida ducha y salí envuelta en una toalla, Tom
tenia puesto solo su bóxer y me miro pícaramente, pero yo moví negativamente la
cabeza, él cambió su mirada a súplica y yo miré hacia el techo, pero aún así me
abrazó.
– Tom, basta, por favor – dije mientras me besaba el
cuello – tenemos que estar listos en 35 minutos – repliqué mientras mi
temperatura se elevaba.
– Es suficiente tiempo, podemos hacerlo rápido como en el
avión – respondió metiendo su mano por debajo de la toalla para masajear mi
nalga.
– No, tengo que arreglarme bien, quiero verme linda –
refuté quitando su mano.
–__, ya eres linda, no necesitas hacerte mucho – dijo
acariciando mi mejilla – corazón, por favor, un mes de abstinencia fue mucho
tiempo, estoy muy ansioso por ti.
– Yo también Tom, pero no podemos dejar que el fuego nos
nuble la razón, no podemos hacer esperar a tu familia, además, recuerda que
dormiremos juntos.
– Corrección ____, compartiremos la cama, pero ni creas
que te voy a dejar dormir y menos si me dejas con las ganas ahora.
– Está bien, no dormiremos en la noche, pero ahora
tenemos un compromiso que cumplir, por favor, piensa en Caroline… además, ¿no
vamos a ensayar la canción?
– Está bien, sólo porque cantarás conmigo me meteré a
duchar en este instante.
– Y de preferencia con agua helada.
– Que cruel eres conmigo, pero en la noche me desquitaré.
Moví la cabeza sonriendo mientras sacaba mi ropa de la
maleta, me puse la interior y encima un sencillo vestido beige de tirantes que
me llegaba a la rodilla, unas sandalias del mismo color y después cepillé mi
cabello, empezaba a maquillarme cuando Tom salió del baño y se me quedó viendo.
– ¿Qué?, ¿hoy tampoco podía usar un vestido de este
color?
– No es eso, levántate por favor – dijo extendiéndome sus
manos, yo las tomé y me levanté mirándolo extrañada, me hizo darme una vuelta –
wow, te ves hermosa.
– Pero, aún no me maquillo.
– No lo necesitas, ya eres hermosa.
– Adulador.
– Encantadora.
– Ya date prisa, anda.
Me dio un beso en los labios y empezó a vestirse mientras
me explicaba las instrucciones para la canción. Yo estaba muy nerviosa por eso,
no sé cómo pude aceptar, empecé a hacer respiraciones con los ojos cerrados y
Tom me abrazó por la cintura y me aseguró que todo saldría bien, abrí los ojos
y fue mi turno de asombrarme, Tom se veía bellísimo, con un pantalón y una
camisa blancos que hacían resaltar sus hermosos ojos color cafeces, notó la
expresión en mi rostro y me sonrió para luego darme un pequeño beso en los
labios, entrelazó mi mano y bajamos.
Atravesamos un gran salón en el que había varias personas
corriendo de un lado a otro arreglando unas mesas y unas sillas, salimos a la
enorme terraza que ya estaba prácticamente lista para la boda, había un pasillo
en medio de una cantidad considerable de sillas y una chica le estaba dando unas
indicaciones a Caroline, supuse que era la organizadora. Había otras parejas
además de la familia y cuando Caroline se desocupó me los presento, eran la
madrina, las damas y sus respectivos novios, así como los papás de Dylan y
Diana. El sacerdote llegó y nos acomodamos en nuestros lugares para ver el ensayo
que dio inicio, tanto Caroline como Dylan tenian ropa de color durazno. Sus
votos fueron muy conmovedores y en cuanto terminó pasamos al salón.
Sólo había dos mesas preparadas y en ese momento me
invadieron los nervios y me mordí el labio inferior. En una nos sentamos la
familia y en la otra las amigas de Caroline, y nos sirvieron la cena. Jaxon
estuvo bromeando casi todo el tiempo y acariciando las mejillas de Diana que
sólo se reía por las ocurrencias de su marido. Jazzy y Dylan derramaban miel y
casi podría estar segura que no sabían de qué estábamos hablando. Simone y
Grodon estaban sonrientes mirando felices a sus hijos y yo entré en pánico
cuando sentí la mano de Tom recorrer mi muslo por debajo de la mesa y lo miré
casi fulminándolo, en cambio, él me sonrió mientras me apretaba suavemente el
muslo casi a la altura de la ingle y lo miré aún más seria, pero contrariamente
a lo que quería lograr, él estaba de lo más divertido deslizando su mano por mi
pierna hasta que afortunadamente la madrina dijo que era el turno de que hablara
el padrino y entonces Tom tuvo que ponerse de pie, levantó la mano y en ese
momento entraron cuatro personas con un piano.
– Bueno, como la verdad no soy muy bueno para los
discursos y como sólo tengo el oficial, hoy haré algo diferente – anunció y fue
a sentarse frente al piano y probó el micrófono – pero, para esto necesito la
ayuda de la señorita ______, mi hermosa novia, por cierto, un aplauso, por
favor.
Yo sentí que me ardían las mejillas por el intenso rubor
que había en ellas mientras todos los presentes aplaudían y yo me ponía de pie
mucho más nerviosa que en un principio y camine hacia él que me esperaba con
una gran sonrisa, me senté a su lado y puso la hoja con la letra de la canción
sobre el piano.
– Esta canción es dedicada a los novios, espero que les
guste, creo que refleja lo que siente cada uno por el otro – empezó a tocar y
en la nota precisa comenzó a cantar.
Junto a ti no conozco el miedo
No hay camino que yo no pueda andar
Junto a ti
Junto a ti es tanto lo que siento
Que mi pecho está a punto de estallar
Junto a ti
Y es tan lógico que mi corazón
No me pide ninguna explicación
Me indico mi entrada
Junto a ti yo me siento libre
Sé que puedo crecer cada vez más
Junto a ti
Junto a ti nada es imposible
Porque todo se ve con claridad
Junto a ti
Y es tan lógico que mi corazón
No me pide ninguna explicación
Ambos:
Este amor es tan real
Como ver y respirar
Y nos hace fuertes
Más allá de toda la gente
Y del qué dirán
Este amor es tan real
Como el agua y como el mar
Y nos da respuestas
Sin dudar a cada pregunta
Con seguridad
Yo:
Junto a ti no conozco el miedo
Tom:
Porque todo se ve con
Ambos:
Cla–ri– dad.
Fuimos acercándonos mientras cantábamos y al terminar
estábamos tan juntos que nuestras narices se rozaban, me olvidé de todo, sólo
estaba concentrada en la letra de la canción y en su mirada fija en la mía,
creo que hasta me había olvidado de respirar.
– Junto a ti quiero estar el resto de mi vida – musitó
Tom en mi oído– soy capaz de cruzar el Atlántico nadando sólo para llegar a ti,
estoy profunda y totalmente enamorado de ti, ________ – añadió y me quedé sin
habla.
Los aplausos fueron los que me devolvieron a la realidad
y sonreí recordando donde y con quienes estábamos. Tom me dio un dulce beso en
los labios ante el grito de todos los presentes y nos levantamos y regresamos a
la mesa.
Nos felicitaron por la canción, Caroline estaba sumamente
emocionada y nos abrazó agradeciéndonos el momento, yo estaba en shock por las
palabras de Tom, no me las esperaba. Estuvimos hablando un rato más y Simone
nos dijo que a la mañana siguiente nos esperaban a las 9:30 para desayunar.
Poco a poco se fueron yendo todos hasta que nos quedamos solos Tom y yo.
Me tomó de la mano y caminamos al piano, nos sentamos en
el largo banquillo. Empezó a tocar una dulce y sensual melodía mientras yo lo
miraba, al terminar me besó humedeciendo primero mis labios hasta que su lengua
alcanzó la mía y se unieron en una sincronía perfecta de movimientos, en tanto
su mano subía por mi costado levantando un poco el vestido para luego posarse
en uno de mis senos que acarició al tiempo que su lengua recorría mi cuello.
Cerré los ojos sintiendo como mi pulso y mi respiración se elevaban.
– Tom, alguien puede vernos – dije al sentir su mano en
mi entrepierna.
– Eso tiene solución.
Se levantó y puso el seguro en ambas puertas y corrió las
cortinas del lado que daba a la terraza. Volvió a sentarse a mi lado con sus
piernas a los costados del banquillo me rodeó por la cintura y comenzó a besar
mi hombro.
– Tom, estamos en tu casa y tu familia también.
– Tranquila, nadie se dará cuenta te lo aseguro, pronto
estarán dormidos.
– Mejor vamos a la habitacion.
– Después iremos, te dije que esta noche no dormirías –
susurró en mi oído mientras con la punta de su lengua recorría mi oreja.
Su mano acariciaba mi muslo hasta que llegó a la ingle y
en automático abrí las piernas, él comenzó a frotar mi sexo encima de la ropa
interior excitándome lo suficiente para querer sentirlo ya dentro de mí, así
que me levanté y me senté sobre él con mis piernas a sus costados. Besó la base
de mis senos que sobresalían del vestido en tanto nuestros sexos se rozaban.
Me pidió que me levantara y eso hice, me cargó y me
colocó sobre el piano, subió mi vestido y después me quitó la ropa interior,
hundió su cabeza entre mis piernas y comenzó a recorrer mi parte más íntima con
su lengua, empecé a jadear mientras me sostenía de mis antebrazos con la cabeza
hacia atrás.
CAPITULO # 33 (FIN DEL MARATOM)
Mis jadeos parecían impulsarlo a seguir recorriéndome,
pues lo hacía sin cesar aumentando y disminuyendo la velocidad de sus
movimientos, tratando de que su lengua tocara lo más profundo de mi ser que se
pudiera, yo tenía abierta la boca y me lamía los labios sintiendo como mi
cuerpo ardía por sus húmedos besos que seguía proporcionándome en cada rincón.
No pude evitar soltar un gritito cuando a la par de su lengua sentí que me
introducía un dedo y luego lo sacaba y volvía a meterlo en un acompasado ritmo
que me estaba enloqueciendo hasta que sentí alcanzar al éxtasis y me mordí un
dedo para no gritar.
Me ayudó a bajar del piano, mis piernas me temblaban y me
besó apasionadamente en tanto su mano bajaba el cierre del vestido y me lo
quitaba por completo. Desabroché su camisa y se la quité, volvimos a besarnos
mientras nuestros pechos se unían y el recorría mi columna vertebral con las
yemas de sus dedos hasta llegar a mis nalgas que acarició.
Se desabrochó el pantalón y se lo quitó mientras yo lamía
uno de sus pezones y el otro lo acariciaba. Cuando estuvimos desnudos nos
recorrimos con la mirada, en ambos cuerpos se notaba la excitación, mis pezones
estaban firmes al igual que su miembro, de pronto fijo sus ojos en el lado
izquierdo de mi abdomen y pasó dos dedos por el pequeño parche adherido a mi
piel y me regaló una sonrisa de complicidad, pues sabía que con eso no era tan
necesario usar un preservativo.
Me pidió que me hincara en el banquillo y después me hizo
apoyar las manos en el mismo, él se coloco detrás y entró en mí de un tirón,
sentí como mi cuerpo se contrajo hacia él y me tomó de las caderas para iniciar
con su delicioso vaivén. Después, una de sus manos la subió por mi contorno hasta
llegar a uno de mis senos que estuvo acariciando en tanto continuaba con sus
certeros movimientos que me fascinaban cada vez más. Posteriormente, se aferró
a mis caderas moviéndose a mayor velocidad hasta que sentí su orgasmo dentro de
mí acompañado de un gruñido que me hizo llegar a mí también. Se quedó unos
instantes sin moverse, aún dentro de mí, exhaló fuertemente y después se separó
y me ayudó a ponerme de pie y me abrazó efusivamente.
– La noche apenas empieza corazón y juro que no te daré
tregua – dijo en voz baja.
Nos vestimos y salimos del salón tomados de la mano, le
pedí que me mostrara la casa e iniciamos con el recorrido por la enorme cocina
que estaba a un lado del salón, después seguía el comedor, la sala, bajamos
unas escaleras y llegamos a la piscina que era iluminada por la luz de la luna
llena que brillaba en lo alto del cielo.
– ¿Qué te parecería nadar un poco? – sugirió abrazándome.
– Suena bien, pero tendríamos que subir a ponernos el
traje de baño.
– ¿Y quién dijo que forzosamente se necesita traje de
baño para nadar? – exclamó sonriéndome con esa típica osadía en su rostro.
– No, no, no, eso no lo haré.
– Anda, será divertido.
– Tom, además de tu familia, hay quien sabe cuántas
personas trabajando.
– Pero no tienen porque venir aquí, además supongo que ya
se irán a dormir.
– Eso es lo que tú y yo deberíamos de hacer también.
– Pero, después de nadar, anda corazón, sólo un ratito,
te aseguro que nadie se enterará, seguro que todos deben estar haciendo lo
mismo que tú y yo.
– ¡Tom!, ¿no tienes respeto por tu familia?
– Claro que lo tengo, pero eso no me impide ver la
realidad, __, ¿de dónde crees que salimos mis hermanos y yo?, ¿por qué crees
que Diana está embarazada?
– No pongas esas imágenes en mi cabeza, por favor.
– No te asustes corazón, desde niño me enseñaron a ver el
sexo de lo más natural, tal cual es, una función del cuerpo y no tiene nada de
malo hacerlo, al contrario, así que vamos a la piscina.
– Pero, ¿cómo vamos a atravesar la casa todos mojados para
llegar a la habitación?
– No te preocupes por eso, ¿ves este mueble? – dijo y se
paró frente a uno pequeño que no había visto – aquí se guardan las toallas –
explicó en tanto abría la puertita y sacaba dos – ¿lo ves?, asunto arreglado.
– Que loco estás – exclamé sonriendo y moviendo la
cabeza.
– Ya sabes bien la razón de mi locura – respondió y se quitó
toda la ropa – ¿te ayudo?
– No, gracias, yo puedo sola – dije y me despojé también
de toda mi ropa.
Tom se tiro de cabeza casi perfecto mientras que yo
caminé a la escalera para bajar, sintiendo como el viento acariciaba mi cuerpo
y erizaba mi piel. Cuando entré a la piscina Tom me recibió, el agua estaba un
poco fría y me sugirió que diéramos algunas vueltas para acostumbrarnos a la
temperatura. Acepté, pero le dije que no era muy buena nadadora y me respondió
que no era una competencia, así que nos sumergimos y nadamos hasta el otro
extremo y de regreso. Tom llegó primero y me esperó, me echó agua al llegar y
yo le devolví la maniobra, estuvimos jugando un rato hasta que me di por
vencida y volvimos a nadar al otro lado y otra vez de regreso.
En esta ocasión, Tom me tendió sus brazos, le tomé las
manos y me acerqué a él, puso mis manos alrededor de su cuello y bajó las de él
a mi espalda, nos fundimos en un apasionado beso por varios minutos hasta que
él lo rompió para deslizar sus labios a mi cuello en tanto acariciaba uno de
mis senos por debajo del agua, lo cual producía una reacción más excitante así
que deslicé mi mano por su torso hasta llegar a su sexo que empecé a acariciar
y sentí como respondía en mi mano.
Volvimos a besarnos y después él me recargó en la esquina
de la piscina, con una mano me sostuve del barandal de la escalera y lo rodeé
con mis piernas por su cintura y él entro en mí al igual que un poco de agua
que hizo más placentera la sensación. Puso una de sus manos también en el
barandal y comenzó a moverse exquisitamente mientras me miraba con esa sonrisa
retorcida que adoraba.
Yo trataba de gemir lo más bajo que se pudiera, pero a
veces no podía reprimirme por lo intensa que era la sensación de su cuerpo y el
agua chocando contra el mío. No dejábamos de mirarnos, nos lamíamos los labios
y exhalábamos en nuestras bocas, sentí que perdí el control de mi cuerpo cuando
ambos llegamos al clímax y Tom me mordió el labio inferior.
– Te amo ___ – dijo mirándome fijamente todavía en mi
interior.
– Yo también te amo Tom, con todo mi corazón.
Volvimos a besarnos y después nos abrazamos y salió de
mí. Nos quedamos abrazados hasta que nuestras respiraciones volvieron a su
curso normal y después salimos de la piscina, temblando de frío. Tom me cubrió
de inmediato con la toalla y después él se puso una también, nos secamos,
tomamos nuestra ropa y entramos a la casa. Subimos las escaleras y al llegar
arriba nos encontramos a Jaxon que venía caminando por el pasillo y quise que
la tierra me tragara.
– Ah que muchachitos – exclamó Jaxon con una amplia
sonrisa.
– ¿Y tú adónde vas a esta hora? – preguntó Tom para
desviar el tema mientras yo me ponía detrás de él para tratar de cubrirme.
– Diana tiene antojo de limones así que voy a la cocina
por unos… aunque me doy cuenta que no es la única con antojos en esta casa –
dijo de lo más divertido.
– Buenas noches, Jaxon – respondió Tom ignorando el
comentario.
– Buenas noches jóvenes, no se desvelen mucho que mañana
desayunamos temprano y no quiero que se estén durmiendo en la boda.
– Espero que a ti te deje dormir Diana o serás tú el que
se esté durmiendo.
– De ningún modo, yo soy fuerte, descansan, ¿eh?,
recuerden que mi habitación está pegada a la suya y me daré cuenta si están
dormidos o no.
Tom movió la cabeza negativamente y seguimos caminando,
yo ni siquiera quise darme la vuelta cuando pasé al lado de Jaxon que bajó las
escaleras.
– Que vergüenza.
– No te preocupes corazón, ignóralo como yo.
– No podré mirarlo a los ojos mañana.
– __, no quiero que vuelvas a decir eso, no tienes nada
de qué avergonzarte, eres mi novia y ya te dije que no estábamos haciendo nada
malo.
– No, pero, es tu casa y siento que le hemos faltado al
respeto.
– Tranquila corazón, créeme que Jaxon y Diana también
tienen su historia y no nada más en esta casa, una vez los pillé en la
biblioteca de la universidad.
– No quiero detalles, por favor.
– Vale, sólo te lo digo para que no te alarmes.
– ¿Así que eso de exponerse a que los descubran viene de
familia?
– Creo que sí, al menos del lado masculino, nunca he
pillado a Caroline y más le valía.
– Ay, tu lado machista tenía que aflorar – dije moviendo
la cabeza negativamente.
– No es eso, es obvio que ya lo ha hecho con Dylan, pero,
de aceptarlo a verlo – se sacudió como si le hubieran dado escalofríos – es mi
hermanita.
– Típico – exclamé mirando hacia el techo y él me abrazó
y me besó la mejilla.
Hola!! Como estan? espero que Bien, Bueno aqui estan los caps, espero y les este gustando esta historia :) ... Bueno sin mas que decir me despido, tengo sueño y quiero dormir :D ... ADIOS
awww que linda familia tiene Tom :3 jajaja Jaxon y sus comentarios jajajaja ..me encantaron los caps cada ves se pone mejor :) jajaja ..me despido cuídate!! :)
ResponderEliminarMe encantaa la fic.. Todo va bien hasta el momentoo y espero siga asiii..
ResponderEliminarSiguelaaa :D
awwww !!!! que caps tan bellos !!!!!!!! me encanta esa relacion los celos TODO TODO !!!!!! te comento por todos los caps anteriores no tenia como comentar D: pero los leia todos !! me encaaaaaaaaantaaaaaaa !!!!! *-* gracias por subir esta historia <3 <3 *-*
ResponderEliminarQ romanticooo q cap tan lindoooo jejeje eso q le dijo Tom a (Tu nombre) fue demasiado bello y fuerte jajajaja xfin sento cabeza y me da mucha risa los comentarios de jaxon jajaja!!!!
ResponderEliminar