CAPITULO # 28
– No quiero llegar tarde – dije mientras sentía como
frotaba su sexo con el mío y besaba mi cuello, alterándome más.
– Te prometo que será rápido – musitó en mi oído y luego
lo lamió.
– Aún nos queda la noche de hoy – exclamé acariciando su
espalda.
– Faltan muchas horas – dijo entrando en mí nuevamente.
– Dijiste que… ah… sólo un beso… – señalé con la voz
entre cortada moviéndome a su ritmo constante.
– No puedo evitarlo… tengo hambre de ti… – agregó
moviéndose más rápido y besándome frenéticamente en tanto mis uñas recorrían su
espalda.
– En serio… ¿no te tomas nada? – pregunté sintiendo aún
más la intensidad de sus movimientos dentro de mí.
– No corazón… tú eres mi única droga.
Embistió en mí unas veces más hasta que exploté e
instantes después él lo hizo también y luego volvió a besarme en los labios.
– Buenos días, corazón – exclamó mirándome y sonriendo.
– Buenos días, cariño, ¿ya puedo ir a bañarme?
– ¿Es necesario?
– Sí, ya te dije que debo ir a trabajar.
– Está bien – se acostó a un lado y me levanté de la cama
– ¿quieres que te lave la espalda? – añadió en tono sensual.
– Hoy no, tengo que ducharme rápido y sé que contigo
sería imposible – respondí entrando al baño y cerrando la puerta sintiéndome
feliz como nunca antes.
Había sido el mejor despertar de toda mi vida, me volvía
loca que me dijera corazón y más cuando pronunciaba esas dos extraordinarias
palabras que me hacían flotar, pero no sólo que las dijera sino que me lo
demostrara, Tom me amaba tanto como yo a él, ayer me lo había dejado muy claro
con todas sus actitudes.
Salí del baño envuelta en una toalla y lo vi acostado en
la cama boca arriba, con sus manos detrás de su cabeza, me sonrió al verme, yo
le devolví la sonrisa y abrí el armario para sacar la ropa que me pondría,
sentí que me abrazó y me dio un beso en el hombro y luego recargó su cabeza.
– Qué bonito cantas – exclamó haciendo que me sonrojara.
– Oh dios, que vergüenza que me hayas escuchado.
– -.., ¿cuántas veces he recorrido tu cuerpo desnudo sin
ningún pudor y te avergüenzas porque te escuché cantar? – dijo en tono
divertido y más me sonrojé.
– Es que no lo hago bien y no me gusta que me escuchen.
– Claro que lo haces bien, te hace falta un poco más de
confianza en ti misma.
– Creo que necesitas que te revisen los oídos o bañarte
mejor.
– Me encanta tu sentido del humor.
– Ya déjame vestir que no te encantara verme de malas.
– No importa, ya sé lo gratificantes que resultan las
reconciliaciones.
– Tom, apenas tengo el tiempo justo para llegar a la hora
exacta.
– Está bien – me dio un beso en la cabeza – ¿almorzamos
juntos? – añadió soltándome.
– Tengo que ver primero mi agenda, a ver si no tengo otro
compromiso – dije divertida mientras me quitaba la toalla para ponerme la ropa
interior.
– Está bien licenciada, esperaré su llamada – respondió
en tanto abrochaba mi sostén.
– ¿Te quedarás aquí todo el día?
– Si no te molesta sí.
– Por supuesto que no me molesta.
Terminé de vestirme, me peiné rápidamente, me puse los zapatos
y tomé mi bolso. Tom se puso la misma ropa del día anterior y me acompañó a
tomar un taxi, me dio varios besos en la boca como despedida y casi tuve que
empujarlo para poder subir al coche, “te amo”, gesticulé dentro del taxi y le
mandé un beso con la mano que él cachó en el aire y se llevó su mano a su boca
“yo también te amo” alcancé a leer en sus labios antes de perderlo de vista.
Llegué justo a las nueve a la agencia, afortunadamente,
Scott no llegaba todavía, así que de inmediato me puse a trabajar y a responder
los correos que tenía. Aproximadamente una hora después llegó mi jefe, entró a
mi oficina y cerró la puerta, yo comencé a temblar y sentí un trasudor frío
recorrer mi cuerpo, se sentó frente a mí con sus manos entrelazadas sobre el
escritorio.
– Buenos días, ___ – dijo serio.
– Buenos días, Scott, ¿cómo estás? – respondí mirándolo
un tanto asustada.
– Bien, gracias, a ti no te lo preguntó porque se te ve –
exclamó y yo agaché la mirada – __ , es necesario que hablemos de lo que vi
ayer en esta oficina.
– Lo sé, te pido mil disculpas y acataré la decisión que
tomes al respecto sin chistar.
– Tranquila __, no voy a despedirte por algo así, sin
embargo, sí quiero que te quedé claro que no deja de ser una falta del respeto
y si vuelve a repetirse tendré que aplicar el reglamento y levantarte una acta
administrativa, en esta ocasión, por ser la primera vez y porque eres una
valiosa y dedicada empleada, sólo será de forma verbal.
– Gracias Scott, te juro que no volverá a pasar.
– Por otro lado, sabes bien que no me gusta meterme donde
no me llaman, pero como ya te lo he dicho en otras ocasiones, te estimo y me
preocupo por ti, por eso me siento en la obligación de decirte lo que pienso.
– Adelante Scott, te escucho.
– Entiendo que estés en toda la libertad de rehacer tu
vida, de hecho me da gusto ver que no has caído en depresión por lo de tu ex,
pero, quizá deberías estar un tiempo sola, analizar todos los errores de esa
relación para evitar repetirlos y… no me lo tomes a mal, no pretendo intrigar,
pero Tom Kaulitz no es un buen partido.
– ¿Por qué lo dices?, ¿lo conoces? – pregunté casi con el
corazón en la boca, conocía bien a Scott y sabía que cuando decía algo tenía
una buena razón para hacerlo.
– Una sobrina de mi esposa salió con él cuando iban en la
universidad, es el típico chico mimado que no toma a las mujeres en serio y
menos cuando no son de su nivel social, ____, no sé si ha cambiado o sigue
igual, lo único que no quiero es que vuelva a hacer daño, no me gustaría verte
sufrir, sólo te pido que andes con pies de plomo, sin duda es un chico guapo y
adulador, pero comprueba que en verdad quiere algo serio contigo, es lo único
que te pido, si me permites el consejo, claro está.
– Te lo agradezco Scott, la verdad, a veces, te veo como
un padre y créeme que apreció mucho tus palabras y tus consejos.
– Yo también te veo como una hija, ahora a trabajar,
señorita.
Scott salió de mi oficina y me quedé pensando en lo que
me dijo, que francamente no era nada nuevo para mí, si supiera en qué
condiciones lo conocí, lo cual me hizo darme cuenta que teníamos que inventar
algo, eso de que fuimos juntos a la universidad, al menos, mis conocidos no lo
creerían.
Tom me llamó para ponernos de acuerdo para la hora del almuerzo
y le pedí que se adelantara al restaurante porque luego se llenaba y yo no
contaba con mucho tiempo. A la una salí y al llegar no pudo ser mayor mi
sorpresa cuando vi a una guapa chica vestida de forma provocativa que estaba a
punto de besar a Tom que le sonreía como si nada y entonces las palabras de
Scott vinieron a mi mente.
– Buenas tardes – dije seria y molesta, ambos voltearon a
verme.
– Corazón, al fin llegas – exclamó Tom tomándome de la
mano y me dio un beso en los labios ante la mirada atónita de la tipa que tuvo
que moverse hacia atrás – mira, te presento a Aurea, una vieja amiga, Aurea,
ella es ___, mi novia.
– Mucho gusto – dijo con una sonrisa fingida mientras me
recorría con una mirada fulminante y yo estaba quizá más sorprendida que ella
por la presentación.
– Igualmente – respondí en toco seco.
– Un placer verte Tom – enfatizó mirándolo y sonriéndole
coquetamente – cuando quieras llámame, sabes dónde encontrarme – agregó dándole
un beso en la mejilla.
Yo me quedé trabada, era el colmo de la desfachatez, poco
le importo que Tom le dijera que yo era su novia y le coqueteó en mis narices,
sentí como me hervía la sangre y di un paso al frente, pero Tom me detuvo
parándose frente a mí.
– ___, no querrás hacer un escándalo en un lugar público.
– Que tipa tan descarada y tú como si nada dejándote que
te besara – exclamé furiosa, si no podía desquitar mi coraje con ella, lo haría
con él.
– Un beso en la mejilla no es besar, ___ – explicó
sonriendo.
– Pero, los vi cuando llegué y su intención no era
precisamente dártelo en la mejilla.
– Me encanta cuando te pones celosa – dijo abrazándome y
poniendo su frente en la mía – ¿en verdad pensaste que yo iba a permitir que
eso sucediera?
– Pues, le sonreías muy animadamente – respondí con menos
coraje porque su aliento estaba colándose por mi nariz.
– No es mi estilo portarme grosero y menos con las
mujeres, sin embargo, iba a rechazarla sutilmente, claro que lo mejor fue que
tú llegaste – aclaró acariciándome la mejilla con el dorso de su mano.
– Pero, te coqueteo descaradamente – repliqué en un tono
más tranquilo.
– Y podría haberse desnudado y mi respuesta iba a ser la
misma – tomó mi mentón con su mano y me miró directo a los ojos – ___, hace
mucho que dejé de estar con otras mujeres, grábate esto muy bien aquí – puso un
dedo en mi sien – y aquí – lo puso en mi pecho a la altura del corazón – la
única que me importa eres tú, a la única que quiero es a ti – me dio un beso en
los labios – con la única que me interesa compartir mi cama es contigo –
susurró en mi oído y me abrazo fuertemente.
Volvió a desarmarme por completo, no pude expresar
palabra alguna, estaba por demás emocionada y a la vez avergonzada por haber
pensando durante un segundo que me engañaba y sólo buscaba burlarse de mí, no
cabía duda que los celos nublaban la razón y jamás los había sentido con tanta
fuerza, ni siquiera con Julieta.
– Aunque, para serte sincero, me da gusto que esto haya
pasado – exclamó y me di la vuelta para mirarlo – porque tus celos me
demuestran cuanto me quieres.
– ¿Y todavía te atreves a dudarlo?
– No, pero me encanta confirmarlo – enfatizó y me dio
otro beso.
– ¿De verdad no ibas a dejar que te besara?
– Por supuesto que no, te lo juro,___, entiendo tu
desconfianza, pero si de algo debes estar segura es que jamás te engañaría, no
tengo ninguna necesidad de hacerlo, ya vamos a comer, anda.
Me recorrió la silla para que me sentara y después él se
sentó frente a mí. Ambos pedimos ensalada y mientras nos las llevaban, Tom me
acariciaba una mano, entonces me sentí más tranquila, pero aún así le conté lo
que Scott me había dicho de él y volvió a reiterarme que no tenía por que
preocuparme, que no me negaba que sí había sido así, pero que ya había
cambiado.
– ___, ya ni siquiera tengo el movil al que me llamabas.
– ¿Cómo que no lo tienes? – pregunté sorprendida.
– Ese número era exclusivo para esas citas, pero ya lo
tiré porque no tengo ninguna intención de seguir involucrado en eso.
– ¿En serio?
– Sí, encontré algo mucho mejor y sin buscarlo, llegaste
tú y ahora todo es diferente – agregó y me dio un beso en la mano – anota el
número – añadió y me lo dictó, pero no borré el otro, quería asegurarme que me
decía la verdad.
CAPITULO # 29
Me sentí feliz, como nunca antes, al enterarme que ya no
estaba en esa sociedad o lo que fuera. Me acompañó a la oficina y le di mi
llave del departamento, nos dimos un beso y entré al edificio. Arreglé todo lo
necesario para la junta que tendríamos con el Sr. Jackson a las 3:30. Scott se
fue a las siete y me dijo que ya me podía ir yo también, así que apagué la
computadora, tomé mi bolso y salí de la oficina. Tom me estaba esperando afuera
del edificio, me recibió con un beso y nos marchamos.
Cuando llegamos al departamento me lleve una grata
sorpresa, la mesa estaba puesta para dos personas y en el centro había un
hermoso arreglo de alcatraces, lo miré boquiabierta y lo abracé efusivamente
luego de darle un beso.
– Tom, ¿cómo sabías que los alcatraces son mis flores
preferidas?
– Sé más cosas de ti de las que te imaginas – respondió
guiñándome un ojo.
– ¿Ah sí?, ¿y cómo puede ser eso?
– Es un secreto, siéntate que la cena ya está lista.
– ¿Te ayudo en algo?
– No corazón, tú vienes de trabajar, debes estar cansada,
aunque espero que no tanto para el postre – dijo en tono sensual.
Me sirvió una copa de vino y fue a la cocina, regresó con
una cacerola con pescado y en la otra mano una bandeja con ensalada, me sirvió
en un plato el pescado y en el otro la ensalada y después se sirvió él, puso
algo de música y se sentó frente a mí. Cenamos tranquilamente y me comentó que
Caroline le había llamado para confirmar mi asistencia a su boda y él le
aseguró que por ningún motivo faltaría.
– Por cierto, corazón, ¿puedes permiso para faltar ese
viernes?, por favor, me gustaría llegar al ensayo, ¿sabes?, soy el padrino.
– ¿En serio?, no tenía idea, voy a hablar con Scott, si
no se puede, llego el sábado yo sola y así no te pierdes el ensayo.
– De ninguna manera, tienes que llegar conmigo.
– Cierto, que soy tu “novia” – exclamé en tono gracioso –
no se vería bien si llego sola.
– Exacto, daría la impresión que estamos disgustados.
– Tom… hablando en serio… ¿por qué le dijiste a esa chica
que soy tu novia?
– ¿No lo eres?
– ¿Lo soy?
– ¿No quieres serlo?
– ¿Lo quieres tú?
– ¿Vas a seguir respondiéndome con preguntas?
– ¿Vas a seguir evadiéndolas?
– ¿Vas a continuar evadiéndolas tú?
– Tom, en serio, esto no es ningún juego – dije un tanto
seria.
– Para mí tampoco lo es ___ – dio un suspiro – sé que no
te lo he preguntado formalmente, pero así te considero.
– No tienes que preguntarlo, las palabras se las lleva el
viento, lo que cuentan son los hechos, sólo me tomó por sorpresa escuchártelo
decir… ¿me presentarás de igual forma con tu familia? – pregunté con cierto
temor.
– Por supuesto, ¿no te agrada la idea?
– No es eso.
– ¿Qué es lo que en realidad te preocupa, ___?
– Yo no soy de tu clase, Tom, tú has estudiado en las
mejores escuelas privadas, yo siempre en públicas y si pude costearme la
carrera fue porque trabajaba.
– No conoces a los Kaulitz, mi familia no es nada
pretenciosa, créeme que lo que menos les importara es tu status social, has
tratado con Caroline, ¿acaso te ha hecho menos?
– No, pero, eran cuestiones de trabajo, ahora se trata de
su hermano y se ve que te adora, ¿qué pasara si se entera no fuimos juntos a la
universidad?
– Nada, en primera estará demasiado feliz y entusiasmada
por su boda y en segunda no es nada rencorosa, además le caes muy bien.
– No me gustan las mentiras y no creo que a ella tampoco,
a nadie le gustan.
– Tranquila, no tiene porque enterarse, pero si te
tranquiliza le diremos “la verdad”.
– ¿Qué? – pregunté con pánico.
– Podemos tergiversarla un poco, que nos conocimos en el
bar del Rose Imperial el día de tu cumpleaños, que te envíe una copa de
cortesía y después platicamos, volvimos a encontrarnos un par de veces más y
coincidimos de casualidad en el desfile, ¿qué te parece?
– Podría ser, pero aún así que vergüenza.
– No tienes nada de qué preocuparte, mi familia te
adorara porque eres adorable y encantadora, ya verás – me guiñó el ojo.
Terminamos de cenar y Tom se ofreció amablemente a lavar
los trastes, entonces yo entré a mi habitación y saqué un babydoll que me había
comprado aquella vez que fui a la tienda de ropa interior, pero que aún no
había estrenado porque tenía pensado hacerlo en el siguiente encuentro en el
hotel que ya no se dio porque nos conocimos oficialmente, así que ahora era un
buen momento para estrenarlo, combinado con un poco de juego que se me ocurrió,
así que me lo puse y encima un abrigo, tomé mi movil y marqué al móvil de Tom
– Hola – respondió en tono sensual.
– ¿Estás libre esta noche? – pregunté usando el mismo
tono que él.
– La verdad no, estoy en casa de mi novia – dijo
siguiéndome el juego.
– Es una verdadera lástima… ardo en deseos de verte,
acariciarte, besarte, desnudarte, recorrer tu cuerpo.
– Uf, no sigas que me harás hacer algo que no quiero.
– Vamos, no tiene porque enterarse tu novia… además, lo
prohibido es más excitante, ¿no crees?
– Definitivamente.
– Me han dicho que eres un dios en la cama y me
encantaría comprobarlo y, por tu tono de voz, creo que no exageraron, tienes
una voz endemoniadamente sensual, has despertado más mi deseo por ti.
– ¿En serio piensas que mi voz es sensual? – exclamó
enfatizándola más.
– Demasiado… mi cuerpo ha empezado a… alterarse sólo de
escucharte.
– Tu voz también es muy sexy, ¿así eres tú?
– ¿Por qué no vienes y lo compruebas por ti mismo?
– Está bien, ¿cómo te reconozco?
– Sólo traigo puesto un abrigo negro – respondí y le
colgué.
Salió de la cocina y yo estaba parada en la entrada de mi
habitación, tenía un brazo estirado recargado en el umbral de la puerta y le
sonreí coquetamente, lamiéndome los labios, Tom me recorrió con la mirada.
– Hola extraño – dije y le guiñé un ojo.
– Hola belleza, en verdad eres tan sexy como tu voz.
– Y espera que me ponga en acción – agregué y lo agarre
de la camisa.
Lo besé desenfrenadamente, él me pegó a su cuerpo y
entramos a la habitación, lo giré y lo hice sentarse en la cama, me quité el
abrigo y le mostré mi atuendo, el cual consistía en un hermoso sostén rojo con
encaje negro en las orillas de las copas, un tanga rojo también con encaje
negro en la orilla de arriba y una pequeña bata roja también con encaje que se
anudaba de la parte de arriba.
– Lo dicho, sí que eres sexy.
– Esta noche yo te haré feliz a ti.
Me acerqué y le abrí la camisa con fuerza, los botones
salieron volando y se la arranqué, él suspiró, rápidamente le quité el
pantalón, su cuerpo había reaccionado, así que me hinqué y tomé su erección en
mis manos y la recorrí con mis labios y mi lengua, despacio y suave, a
diferencia de la rapidez con que lo había desnudado. Él apoyó sus manos en la
cama y echó la cabeza hacia atrás, gimiendo en respuesta a mis caricias, yo
seguí tocando y besando toda su masculinidad, lanzó pequeños gritos de placer y
me pedía que no parara, así que yo le obedecía hasta que sentí que casi
alcanzaba el clímax, me detuve.
Me levanté y caminé unos pasos, alejándome de él, puse un
poco de música y le bailé sensualmente mientras me quitaba las pocas prendas
que traía. Sus ojos ardían en deseo al igual que los míos, me acerqué y le lamí
los labios, él me tomó por la cintura y me hizo sentarme en él uniendo al fin
nuestros cuerpos que se movieron acompasadamente y comencé a gemir más fuerte
que él.
– Me enloqueces como nadie lo había hecho ____...
– Shh, regla número uno, no nombres – dije poniéndole un
dedo en los labios.
– Encantadora y sexy desconocida.
– Así es más excitante, hermoso y sensual desconocido.
En un movimiento me hizo girar y quedo encima de mí, nos
besamos mientras seguía introduciéndose en mí cada vez con mayor intensidad,
lamió mi cuello y luego mis senos, yo subía y bajaba mis manos por su espalda
hasta sus nalgas, aumentó aún más sus movimientos y sentí como ambos llegábamos
al orgasmo gritando al unísono.
– Al demonio con las reglas, me fascinas ___, me vuelves
loco y cada vez tengo más ansias de ti – susurró en mi oído, aún con la
respiración agitada.
– Tú también me enloqueces como nadie Tom, te amo.
– Yo te amoo más – respondió y me besó.
Recargó su cabeza en mi hombro, yo se la acaricié y no
supe en que momento nos quedamos dormidos. El despertador volvió a hacer de las
suyas a la mañana siguiente regresándome a la realidad, podría quedarme con él
todo el día en la cama, pero los deberes me llamaban. Tom lo apagó, ya que
estaba de ese lado, acarició mi abdomen mientras me regalaba una hermosa
sonrisa.
– Buenos días, señorita, creo que será la causante de un
fuerte disgusto con mi novia por haberme quedado a dormir con usted y no con
ella.
– Seguro encontrará la forma de reconciliarse con ella,
dicen que eso es lo mejor de las peleas – le di un beso en los labios – buenos
días.
– Y lo he comprobado, gracias por darme un pretexto para
discutir con ella – puso un mechón de mi cabello detrás de mi oreja – creo que
es hora de tomar un baño, ¿tú si dejarás que te lave la espalda?
CAPITULO # 30 (FIN DEL MARATOM)
DIAS DESPUES
El tiempo se había pasado volando después del susto que
me llevé al creer que estaba embarazada, ahora me encontraba en mi departamento
esperando a Tom, que al fin regresaba de Londres, para irnos al aeropuerto, ya
que había llegado la fecha de la boda de Caroline. Scott sí me había dado
permiso de ausentarme un día, Barbara, la nueva chica que trabajaba en la
agencia, había resultado muy eficiente y de inmediato se puso al corriente de
las cuentas, incluso llevó un par de clientes nuevos, así que no hubo ningún
problema para tomarme el día.
Cuando escuché que tocaban la puerta mi corazón se
aceleró, un mes alejados había sido una eternidad, a pesar de que a diario hablábamos
y nos veíamos frecuentemente por la webcam, pero no era para nada lo mismo a
sentirlo, olerlo, tocarlo y demás. Abrí y lo recibí con un gran abrazo, nos
besamos desesperadamente, su sabor era realmente exquisito, mucho mejor a como
lo recordaba y mi cuerpo se estremeció al sentir sus brazos rodearme y sus
manos acariciando mi espalda en tanto yo le acariciaba el cuello y sus
cabellos, cortamos el beso hasta que ya no podíamos respirar. Tom tomó mi
rostro con sus manos.
– Hola corazón, me alegra tanto volver a estar contigo,
te extrañé horrores.
– Yo también te extrañé muchísimo, cariño.
– Este fin de semana será inolvidable, lo prometo – me
dio un beso en los labios – vámonos ya, corazón.
Tomó mi maleta y bajamos, volvimos a besarnos en el
ascensor mientras con nuestras manos acariciábamos nuestros sexos encima de la
ropa, anhelaba que me hiciera suya en ese momento, pero teníamos el tiempo
contado. Salimos del edificio y nos estaba esperando un taxi, el chofer subió
mi maleta a la cajuela y luego de subir, arrancó. Después de poco más de media
hora llegamos al aeropuerto, registramos las maletas y caminamos a la sala de
espera, yo me senté y Tom fue a comprar unos dulces.
– ¡__!! – escuché que me dijeron y levanté la vista.
– Matt! – exclamé al ver al chico con rasgos orientales
que me miraba con una gran sonrisa.
– El mismo, wow, que sorpresa, cuanto tiempo, déjame
darte un abrazo – dijo y me levanté del asiento – dios, que hermosa te has
puesto.
– Gracias, tú siempre tan amable.
– No es amabilidad mujer, es la pura verdad – exclamó
separándose, pero sosteniéndome de las manos – de verdad luces maravillosa y
radiante.
– Porque la felicidad se refleja en el rostro – exclamó
Tom bastante serio y yo retiré mis manos, entonces él me abrazó por la cintura
acercándome a su cuerpo – y __ y yo somos muy felices, ¿verdad, corazón?, por
cierto, ¿no me vas a presentar? – agregó molesto.
– Sí, claro, Matt Hunter, un ex compañero de la preparatoria,
él es Tom Kaulitz… – no pude decir que era mi novio, Matt sabía de mi relación
con Zayn y además se llevaban muy bien, había estado en mi fiesta sorpresa de
cumpleaños hacía dos años.
– Su novio, para mayor información – añadió aún más
molesto.
– ¿Kaulitz?, ¿eres hermano de Jaxon, el jugador de Pieles
Rojas?
– Sí – respondió en tono seco.
– Encantado de conocerte, admiró mucho a tu hermano, de
los mejores jugadores actuales – dijo y le extendió la mano.
– Gracias, los Kaulitz siempre somos los mejores en todo
lo que hacemos – respondió estrechándole la mano de mala gana y la retiró casi
de inmediato.
– __, me dio muchísimo gusto verte, suerte en tu viaje.
– Gracias Matt, cuídate y buen viaje.
– Hasta luego – dijo incómodo y ya ni siquiera me dio la
mano y se alejó.
– Es increíble, te dejo sola dos minutos y cuando regresó
te encuentro muy abrazada y de lo más feliz con un tipo cualquiera que después
te toma de las manos como si nada.
– No era un tipo cualquiera, fuimos juntos a la
preparatoria y solíamos ser amigos, no estaba intentando besarme como la tal
amiga tuya, ni me coqueteó en tu cara.
– “De verdad luces maravillosa y radiante” – exclamó
arremedando su voz – ¿crees que soy idiota?, eso es coquetear aquí y en China.
– Era un cumplido de amigos, verdaderos amigos no como tu
“amiguita”, que casi se te echa encima en plena calle, ya me imagino que clase
de amigos eran.
– ¿Y por qué la juzgas?, al menos ella no tenía novio
cuando se acostó conmigo.
No pude creer que me echara eso en cara, la rabia y la
desilusión me inundaron y le di una fuerte bofetada que hasta le volteé la
cabeza de lado.
– No quiero volver a verte en mi vida – dije con los
dientes apretados tratando de contener el llanto y me alejé.
– Perdóname __, por favor, perdóname no quise decir eso –
dijo en tono suplicante alcanzándome y abrazándome por detrás.
– Suéltame, no quisiste decirlo, pero lo hiciste y no
puedes borrarlo con un simple perdóname – dije con la voz entrecortada por las
lágrimas.
– Soy un completo idiota, lo sé, golpéame todo lo que
quieras, pero no me dejes, por favor, te quiero demasiado y los celos me
trastornan, no concibo la idea de que otro hombre te abrace y te agarre,
perdóname te lo suplico.
– Piensas que voy a hacerte lo mismo que a Zayn, ¿verdad?
– dije soltándome y volteando para encararlo, limpiándome furiosa las lágrimas.
– No, por supuesto que no, lo nuestro es muy diferente,
su relación ya estaba rota cuando yo llegué a tu vida y él no te quería como
yo, perdóname __, te lo ruego – agregó y vi que se iba a hincar, pero lo
detuve.
– No hagas eso por favor, no me hagas quedar en ridículo
frente a la gente.
– Haré lo que sea con tal de que me perdones, eres lo más
importante en mi vida, ya te lo he dicho y no me cansaré de repetirlo – dijo
con lágrimas en los ojos.
– Vaya forma de demostrarlo.
– Perdóname, el amor que siento por ti es demasiado
intenso, por eso me enferma verte con alguien más, pero no es que dude de ti,
por favor, perdóname, ya llamaron para abordar el avión, te juro que te lo
recompensaré, no me dejes y menos ahora, mi familia nos espera, te lo suplico –
agregó y una lágrima resbaló por su mejilla.
– Eres increíble Tom – guardé silencio unos segundos –
iré contigo, porque Caroline me invitó directamente, pero no sé si pueda
perdonarte, me dolió muchísimo lo que me dijiste, me llamaste una cualquiera.
– No, te juro que no quise decir eso, la rabia me hizo
decir semejante estupidez, pero jamás he pensado que lo seas.
Volvieron a llamar para abordar el avión, así que caminé
y él me alcanzó, abordamos y tomamos nuestros respectivos lugares, me abroché
el cinturón de seguridad y cerré los ojos, no quería hablar con él, había sido
un golpe muy bajo y no me lo merecía, él era el menos indicado para reprocharme
ese tipo de cosas, con todo el historial que tenía. Minutos después me levanté
y fui al baño, me eché agua en la cara y me quedé apoyada en el lavabo después
de secarme, tocaron a la puerta y dije que estaba ocupado, pero insistieron,
resignada suspiré y la abrí, era Tom que me hizo entrar de nuevo y él también
entró cerrando la puerta con seguro.
– ¿Qué haces?, ¿estás loco?
– Sí, completamente loco por ti – respondió y me besó,
pero no le correspondí
Sus manos acariciaron mi cuerpo mientras su boca luchaba
por abrirse paso en la mía, quería resistirme, pero el lugar era tan estrecho
que nuestros cuerpos estaban muy juntos y la verdad es que lo necesitaba con
urgencia, a pesar de que a veces jugábamos por la webcam no se comparaba a
tenerlo en vivo, a sentir su aliento, percibir su delicioso olor, sus manos
acariciándome y el sabor de sus besos que me habían excitado desde que pasó por
mí al departamento, así que dejé de luchar y le correspondí el beso
desenfrenadamente mientras nuestras manos presurosas desabrocharon los
pantalones de ambos que bajamos hasta los tobillos.
Pegó aún más su cuerpo sin entrar todavía en mí en tanto
seguíamos besándonos con desesperación, yo estaba lista para recibirlo, así que
él separó sólo lo suficiente mi pierna para entrar en mí, finalmente, me mordió
el labio inferior, mientras se movía rápidamente dentro y fuera de mi cuerpo,
yo me aferré a su espalda y eché mi cabeza hacia atrás que topó con la pared,
él me mordisqueó el cuello siguiendo con sus movimientos veloces hasta que
ambos alcanzamos el clímax y nos besamos para acallar los gemidos.
Yo tenía los ojos cerrados y nos separamos sólo lo
mínimo, él seguía estando dentro de mí y sus labios rozaban los míos, después
abrí los ojos y lo miré fijamente al igual que él a mí.
– ¿Ya me perdonas?, por favor – dijo con un hilo de voz.
– No abuses de mi vulnerabilidad en este momento.
– Sé que soy un idiota y no merezco tu perdón, la única
defensa que tengo es este amor que cada día crece más y me supera, por eso dije
eso, sin pensar.
– ¡Dios!, Tom , en verdad quiero estar enojada contigo,
muy enojada, incluso quisiera odiarte en este instante, pero no puedo, ejerces
demasiado poder en mí, estoy completamente enamorada de ti y abusas porque lo
sabes.
– Jamás he querido abusar de ti, entonces, ¿sí me
perdonas?
– La verdad no lo sé, no será fácil olvidar lo que me
dijiste.
– Haré que lo olvides, lo juro por nuestro amor.
– Si no te amara tanto juro que no hubiera subido a este
avión por nada del mundo.
– Sabes que yo te amo tanto como tú a mí, eso jamás lo
olvides.
– Tú tampoco Tom, porque el amor puede acabarse en
cualquier momento, yo lo sé muy bien y no me gustaría que esto acabará mal.
– Entonces, ¿sí me perdonas? – insistió en tono más
suplicante.
– Depende como te portes, salgamos ya, ¿sí?, no quiero
que alguien nos descubra.
Me dio un beso presionando fuerte mis labios y salió de
mí, nos subimos rápidamente los pantalones y salimos de ahí, tratando que nadie
se diera cuenta que lo hacíamos del mismo baño, tomamos de nuevo nuestros
asientos y me abrazó, después se separó un poco y sacó una hoja de su pantalón.
– Casi se me olvidaba, toma, repasa esto porque vas a
ayudarme a darles una sorpresa a Caroline y su prometido – dijo entregándomela
y la empecé a leer.
– ¿Es una canción? – pregunté con pánico ante la idea de
la sorpresa.
– Sí, la cantaremos en el ensayo de la boda.
– Oh no Tom, no habrá manera de que me hagas cantar
frente a tu familia.
– Oh sí lo harás __, no quiero adelantar mi discurso de
mañana de la recepción oficial, así que hoy cantaremos.
Hola!!! como estan? Espero que Bien! yo ando media tristona porque Carlos Pena, uno de mis idolos se caso hoy y pues ... Ando en trance jajjaja Bueno aqui les dejo el caps ... aver si mañana agrego en la de UN AMANTE DE ENSUEÑO ahora no me da tiempo ...Bueno que esten bien ADios
ash esos celos de Tom enserio se pasa ..no puedo creer lo fácil que lo perdono jajaja pero bueno están geniales los caps ..ahora quiero ver como les va en la boda Caroline ....me despido cuídate y ya no estés triste :( :)
ResponderEliminarTom como pudo decirle esoo!!
ResponderEliminarSe pasoo!! Yo creo que le seguirá sacando en caraa..
Siguelaa Virgii est buenizimaaa.. Sube en todas :P
Tom enserio se paso al decirle eso a (tu nombre) pero los celos lo cegaron esta completamente enamorado de ella jejejeje me encanta la fiiic la amoooooo... y ojala quede embarazada!!!!
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